09 febrero 2015

Punto punto punto

Hoy olía especialmente bien. He tenido sus manos en mis manos. Y no sabía si el frío era porque estaba helando o porque él me dejaba helada. Que ya no se nada y por no saber no se ni hablar. No se decirle que lo quiero, que me hace falta, y que hubiese querido que la noche fuese eterna, quedarme ahí apoyada en su cabeza mientras lo escuchó respirar y cada vez la cara se me pone más triste y me vienen las ganas (de llorar). Mientras pienso que llegó casi media hora tarde y que debería decirle muchas cosas. He llegado a la conclusión de que no me hace falta nada más que tenerlo al lado para darme cuenta de que cada vez es más imprescindible. Que llega el viernes y se que ha estado con ella, pero con verlo cinco minutos todo lo demás me da igual. Porque es de esas personas complejas, que cuando unen se vuelve sencilla. Y es amor, delirio y risa, una carcajada en medio del silencio y sentimiento, simpatía, diversión. Es cualquier cosa buena que te puedas imaginar. Porque es el y no hay nadie que pueda igualarlo o superarlo. Porque es el único que sabe tocar ahí dentro y quedarse para siempre.

29 mayo 2014

Tan tú

Me saludas tras la ventanilla y me acerco a ti, sin quererlo se me acelera el corazón. Te miro y me dices que los otoños sin mi saben más amargos y que los inviernos son imposibles sin mi voz. Prometí no caer más, que ya había sido suficiente, pero sólo con tenerte cerca se estremecen mis entrañas. Abro la puerta y me siento a tu lado. Los rayos de sol chocan contra mis Ray-Ban. Y me empieza a dar miedo estar ahí contigo. Me he puesto roja, lo sé, siempre me pasa cuando me miras así, descaradamente. Te miro y me regalas un guiño. Respirar empieza a ser difícil. Me cuentas esto y aquello, lo que has hecho estos últimos meses, que la universidad es un coñazo, y hasta las tías con las que te has acostado. Como siempre, todo tan tú. "Dime algo" susurras acercándote un poco a mi. Me pongo nerviosa pero saco fuerzas para preguntarte dónde vamos. No contestas.
Aparcas y rodeas el coche abriéndome la puerta. Siempre tan caballero. Sacas tu mejor palo y empiezas la jugada. Me coges de la mano y empiezas a correr. Te sigo. Paras en seco y choco contigo. Me coges por la cintura y nuestra respiración acelerada se mezcla con el sonido de las olas chocando contra las rocas. Y me besas. La historia se repite. Te has vuelto a dejar caer por aquí...otra vez.

22 mayo 2014

Cuestión de prioridades

No sé como empezar esto...
Apareciste de repente y es increíble como alguien tan grande cabe en un corazón tan pequeño. Aparecieron los buenos días, lo de ir a por todas, apareció esa preciosa sonrisa que cambia el color de las cosas. Llegaron las prioridades, las elecciones y, por supuesto, llegaron las consecuencias. Nunca antes ir por el camino difícil había sonado tan bien, nunca antes había pensado en volar, sin paracaídas. Llegaron las ganas de despertarse cada mañana con ganas de más, de sonreírle a los días y de agradecerte, a ti, que nunca antes me haya sentido tan viva. Aunque no se si sabes que tenemos todo el tiempo del mundo.
No sé como empezar esto...porque no quiero que acabe nunca.